Cuando un hombre entrena muy bien a sus chicas, ellas se vuelven dependientes de él y se convierten en su propiedad como sus nuevas mascotas sexuales, las cuales desarrollan una adicción por complacer a su amo o dueño en cualquier fetiche sexual que este les ordene, este es un claro ejemplo de unas chicas bien entrenadas disfrazadas de vaqueras que solo quieren satisfacer a su amo, para que este las recompense.